Tasa de apertura (Open Rate)
Definición de la tasa de apertura
La tasa de apertura (en inglés open rate) es una métrica del email marketing que indica el porcentaje de destinatarios que abren un correo electrónico en una campaña.
En otras palabras, mide cuánta gente, de entre los que recibieron tu email, llegó a abrirlo.
Es uno de los indicadores fundamentales para evaluar el rendimiento de tus campañas de email o newsletter, ya que refleja el nivel de interés o atención inicial que generan tus mensajes.
Para calcularla, se utiliza la siguiente fórmula básica:
Dividir el número de correos abiertos entre el número de correos entregados, y multiplicarlo por 100 para expresarlo como porcentaje.
Por ejemplo, si enviaste 1.000 correos y 250 fueron abiertos, la tasa de apertura sería del 25%.
Puedes utilizar la siguiente formula:
Tasa de apertura (%) = (Correos abiertos / Correos entregados) × 100
Es importante destacar que “correos entregados” no es lo mismo que correos enviados, entregados hace referencia a los emails que llegaron exitosamente al servidor de correo del destinatario (ya sea bandeja de entrada o buzón de spam), excluyendo aquellos que “rebotaron” (bounces).
De este modo, la tasa de apertura se centra solo en los mensajes que efectivamente lograron entregarse.
Importancia de la tasa de apertura en email marketing
La tasa de apertura es una métrica clave por varias razones.
En primer lugar, permite medir el nivel de eficacia del primer paso de una campaña de email marketing: lograr que el destinatario note el correo y lo abra.
Una buena tasa de apertura indica que el email tiene elementos atractivos (como un asunto del email llamativo, un remitente reconocido, etc.) que captan la atención del suscriptor hasta el punto de abrir el mensaje.
Por el contrario, una tasa de apertura baja puede advertirnos de posibles problemas: quizás el asunto no es relevante, el destinatario no reconoce al remitente, el mensaje llegó en mal momento o directamente fue a la carpeta de spam.
En términos de engagement, la tasa de apertura funciona como un indicador inicial de interés.
Es el primer filtro: si tus suscriptores no abren tus correos, difícilmente lograrás que hagan clic en un contenido (CTR o tasa de clics) ni que realicen la acción deseada (compra, registro, descarga, etc.).
Por eso, aunque la conversión final no dependa solo de abrir el correo, mejorar la tasa de apertura es esencial para aumentar las oportunidades de lograr los objetivos de la campaña.
Además, la tasa de apertura aporta información diagnóstica.
Por ejemplo, si ciertas campañas o segmentos de tu lista tienen aperturas muy por debajo del promedio, puede ser señal de problemas de entregabilidad o de relevancia del contenido.
Muchos proveedores de email marketing (ESP) muestran este dato en sus reportes porque, combinado con otras métricas, ayuda a pintar una imagen más completa del desempeño de tus emails.
¿Cómo se calcula y qué se considera una buena tasa?
Como vimos, el cálculo de la tasa de apertura es sencillo.
Sin embargo, determinar si una tasa de apertura es “buena” o no requiere contexto.
En promedio, la tasa media de apertura de correos electrónicos suele situarse entre un 20% y un 30%.
Es decir, de cada 100 suscriptores a los que se envía una campaña, típicamente entre 20 y 30 acaban abriendo el mensaje.
Ahora bien, este porcentaje varía mucho según diversos factores:
- El sector o industria
- El tipo de correo (no es lo mismo un correo promocional que un aviso transaccional)
- La calidad de la lista de contactos
- E incluso la relación que tengas con tus suscriptores
Por ejemplo, newsletters muy esperadas o correos de remitentes confiables pueden lograr tasas de apertura superiores al promedio, mientras que correos masivos genéricos pueden quedarse por debajo.
También influye el tipo de audiencia: en entornos B2B (negocio a negocio) a veces las tasas de apertura difieren de entornos B2C (negocio a consumidor).
Por ello, más que compararte con un porcentaje estándar, conviene que establezcas tus propios puntos de referencia (benchmarks) a partir de tus campañas anteriores y, si es posible, comparaciones con promedios de tu sector.
Por ejemplo, sectores como turismo o retail pueden tener promedios distintos a los de educación o tecnología.
En resumen, “buena” tasa de apertura es relativa: 40% podría ser excelente en una base de datos fría, pero quizá insuficiente en una lista hiper segmentada de clientes muy fieles.
Lo importante es analizar la tendencia (si tus aperturas suben o bajan con el tiempo) y optimizar en función de tus propios historiales y objetivos.
Factores que influyen en la tasa de apertura
Numerosos factores pueden impactar directamente la tasa de apertura de tus correos.
A continuación, se destacan los principales elementos a tener en cuenta:
Asunto del email atractivo (y preheader adecuado):
El asunto es probablemente el factor más determinante para incentivar la apertura.
Debe ser llamativo, claro y relevante para el receptor.
Un buen asunto despierta curiosidad o indica valor (ej. una oferta, una noticia importante, contenido útil).
Es recomendable evitar:
- Asuntos demasiado largos
- Confusos o con palabras spam
- Ofertas irreales
- Palabras como «gratis» en exceso
- Escritura en MAYÚSCULAS
- Exceso de signos de exclamación!!!, etc.)
Elementos que puedan activar filtros antispam.
Junto al asunto, el preheader (el texto de vista previa que muchos clientes de correo muestran junto al asunto) debe complementar el mensaje: un preheader bien optimizado resume o añade contexto atractivo, invitando a abrir el correo.
Nombre de remitente confiable:
Los destinatarios se fijan en quién envía el correo.
Utilizar un nombre de remitente reconocible y confiable aumenta las probabilidades de apertura. Puede ser el nombre de tu empresa o persona + empresa (por ejemplo, «María de [TuMarca]»).
Evita usar direcciones genéricas tipo “no-reply@” o similares que resultan impersonales.
La reputación del remitente también influye: si anteriormente tus correos han aportado valor, los usuarios estarán más inclinados a abrir los futuros.
En cambio, si tu dominio o IP está en alguna lista negra de correo o tus envíos previos fueron molestos, la confianza disminuye y la apertura cae.
Segmentación de la lista de contactos:
La segmentación en el email marketing consiste en dividir tu base de suscriptores en grupos más homogéneos según características o comportamientos (por interés, ubicación, etapa del embudo de ventas, clientes activos vs. leads nuevos, etc.).
Enviar cada campaña al segmento correcto mejora la relevancia del mensaje para el receptor, lo que típicamente incrementa la tasa de apertura.
Por ejemplo, un correo sobre novedades de producto enviado solo a quienes han mostrado interés en ese tipo de producto tendrá más aperturas que si se lo mandas a toda tu lista indiscriminadamente.
La segmentación asegura que cada suscriptor reciba contenido que le importa, reduciendo el riesgo de que ignore o borre el email sin abrirlo.
Personalización del contenido:
Relacionado con la segmentación, la personalización en el email marketing también juega un rol importante.
Incluir toques personales como el nombre del destinatario en el asunto o en el saludo del correo, o adaptar el contenido según la información que tienes del usuario, puede aumentar la afinidad y motivar la apertura.
Los correos que parecen genéricos o irrelevantes para el individuo tienen menos probabilidades de ser abiertos que aquellos donde el suscriptor percibe que el mensaje fue hecho “para él/ella”.
Por ejemplo, no es lo mismo recibir un correo que empieza con «Hola Juan, tenemos una oferta especial para ti» que uno que dice «Hola cliente, oferta genérica para todos».
La personalización demuestra que conoces a tu audiencia y suele reflejarse en mejores tasas de apertura.
Momento y frecuencia de envío óptimos:
El timing de tus correos puede influir en gran medida en las aperturas.
Enviar un email a las 3 de la madrugada probablemente no sea efectivo si tu público objetivo no revisa el correo a esa hora.
Estudiar cuál es la franja horaria y el día de la semana en que tus suscriptores están más receptivos (por ejemplo, algunos estudios sugieren que a media mañana o después de comer en días laborales suelen ser buenos momentos, pero cada audiencia es diferente) te ayudará a programar los envíos cuando es más probable que sean vistos.
Asimismo, la frecuencia de envío importa: si saturas a tus suscriptores con correos diarios sin que lo esperen, podrías provocar fatiga y que terminen ignorando o dando de baja (unsubscribe).
Por el contrario, si eres demasiado infrecuente, quizá olviden quién eres.
Encuentra un equilibrio de frecuencia que mantenga el interés sin agobiar.
Una campaña de mailing win-back ocasional o un boletín semanal bien planificado suelen funcionar mejor que bombardeos aleatorios.
Reputación del remitente y entregabilidad:
Este factor técnico es crítico de fondo: aunque tengas el mejor asunto y segmentación, si tus correos no alcanzan la bandeja de entrada, difícilmente serán abiertos.
La entregabilidad se refiere a la capacidad de tus emails de llegar al inbox en vez de caer en spam o rebotar.
Para ello, debes cuidar tu reputación como remitente (manteniendo bajas las quejas de spam y las tasas de rebote) y cumplir buenas prácticas técnicas.
Por ejemplo, configurar la autenticación de correo en tu dominio (SPF, DKIM, DMARC), utilizar una infraestructura de envío fiable y evitar contenidos o patrones que los filtros anti-spam penalizan.
Si tu dominio o IP ha sido marcada por enviar spam en el pasado, tus correos podrían terminar en la carpeta de correo no deseado, lo que hará que tu tasa de apertura se desplome.
Por eso, mantener una buena higiene de lista (eliminar o intentar reactivar contactos inactivos, no enviar correos a contactos que no dieron consentimiento (opt-in)), y enviar contenidos de calidad a públicos que realmente los solicitaron, ayudará tanto a la entregabilidad como a las aperturas.
Buenas prácticas para mejorar la tasa de apertura
Si tu tasa de apertura actual no es la deseada o ha venido disminuyendo, es momento de aplicar acciones correctivas.
A continuación, algunas buenas prácticas y consejos para mejorar este indicador:
Usa el doble opt-in y suscriptores de calidad:
Asegúrate de que tus contactos realmente quieran recibir tus correos.
Implementar un proceso de doble opt-in (donde el nuevo suscriptor confirma su suscripción desde su bandeja de entrada) garantiza que la lista se componga de personas genuinamente interesadas.
Esto suele traducirse en mejores aperturas, ya que tienes suscriptores más comprometidos.
Evita por completo comprar listas de correos o agregar contactos sin permiso.
Depura regularmente tu lista de contactos:
Revisa periódicamente tu base de datos para identificar suscriptores inactivos (aquellos que no han abierto ni interactuado en meses).
Mantener contactos fantasma afecta negativamente a tus métricas, incluyendo la tasa de apertura, y puede dañar tu entregabilidad.
Una práctica recomendada es enviar campañas de re-engagement (re-activación) a quienes llevan tiempo inactivos: por ejemplo, un correo preguntando si siguen interesados o ofreciendo actualizar sus preferencias.
A quienes no respondan ni muestren actividad, lo mejor es darlos de baja de la lista.
Limpiar la lista eliminando correos inactivos te dejará una audiencia más saludable y realmente interesada, lo que elevará naturalmente el porcentaje de apertura de futuras campañas.
Además, al reducir envíos innecesarios, mejorarás tu reputación e incluso ahorrarás costos en plataformas que cobran por volumen de contactos.
Optimiza los asuntos (haz testing):
Como el asunto es tan decisivo, dedicar esfuerzo a optimizarlo paga dividendos.
Prueba diferentes enfoques de asunto para ver cuál resuena mejor con tu audiencia.
Una estrategia efectiva es realizar pruebas A/B: envía a una pequeña muestra de tu lista dos variantes de asunto (por ejemplo, uno poniendo énfasis en un descuento y otro destacando la solución a un problema) y mide cuál obtiene mayor tasa de apertura.
Luego envía la versión ganadora al resto de la lista.
Los test A/B te permiten basar tus decisiones en datos en lugar de suposiciones.
Recuerda que no existe una “línea de asunto perfecta” universal.
Y también que con Mailrelay puedes generar asuntos mediante IA que te pueden venir muy bien para darte ideas.
Ofrece contenido de valor y cumple lo que prometes:
A largo plazo, la mejor manera de asegurar buenas tasas de apertura es ganarte la confianza y el interés de tu audiencia.
Si tus campañas de email constantemente aportan valor —ya sea información útil, ofertas relevantes, noticias interesantes o contenido entretenido— tus suscriptores esperarán tus mensajes y los abrirán con gusto.
En cambio, si los correos decepcionan (mucho autopromocional sin utilidad, o asunto prometía algo que el contenido no entregó), los lectores perderán interés.
Por eso, conoce a tu audiencia y envía correos que tú mismo querrías abrir si estuvieras en su lugar.
Mantén consistencia también en la periocidad y en el tipo de contenido: si un usuario se apuntó esperando un boletín mensual con consejos, no lo defraudes enviándole correos diarios de pura publicidad.
Cumplir las expectativas construye una relación con el suscriptor y mejora las aperturas en el tiempo.
En conclusión, la tasa de apertura sigue siendo un indicador valioso para entender el rendimiento inicial de tus emails y la salud de tu lista de suscriptores.